Un diagnóstico afecta a toda la familia. Los(as) hermanos(as) podrían tener sentimientos y emociones respecto al trastorno sanguíneo o hemorrágico de su hermano(a). Comunicarse con ellos y dar un tiempo particular a cada niño(a) de la familia puede ayudar a abordar y mitigar sus preocupaciones. Trabajar juntos como familia y establecer una comunicación abierta, confianza y expectativas puede generar resiliencia a medida que ustedes aprenden a sortear el trastorno sanguíneo o hemorrágico juntos.
Esta sección de Vida familiar abarca lo siguiente:
Qué pasa después de un diagnóstico
Convertirse en una familia resiliente
Qué pasa después de un diagnóstico
La vida de su familia ha cambiado desde que su hijo(a) recibió el diagnóstico de un trastorno sanguíneo o hemorrágico. Si bien usted y su familia pudieran tener nuevas responsabilidades con el manejo del trastorno hemorrágico, es importante ver a su hijo(a) no solamente como un trastorno. Es igualmente importante asegurarse de que otros tampoco lo vean así. Aunque usted y su hijo(a) tendrán responsabilidades adicionales en cada etapa de su crecimiento, recuerde que su hijo(a) también puede pasar por las mismas etapas de la vida igual que los(as) demás niños(as).
Para ayudar a su hijo(a) a llevar una vida lo más normal posible, trátelo(a) como a cualquier otro(a) niño(a). Ayúdelo(a) a entender sus fortalezas y cualquier área en la que pudiera necesitar apoyo. Hay muchas actividades sociales en las que su hijo(a) puede participar.
Empiece a desarrollar la independencia de su hijo(a) a una edad temprana incluyéndolo(a) en actividades diarias que incrementan el sentido de responsabilidad. Algunas de estas actividades pueden ser sacar su medicamento del refrigerador, buscar los artículos necesarios para la infusión o inyección, crear un espacio estéril para la infusión o la inyección, y/o ayudarle a llevar un registro de la infusión o inyección.
Las siguientes son algunas preguntas y preocupaciones comunes que tiene la gente al momento de recibir el diagnóstico:
¿Cuánto tiempo viven las personas que tienen trastornos hemorrágicos?
Con un tratamiento moderno y el manejo adecuado, los(as) niños(as) que nacieron con trastornos hemorrágicos pueden esperar llevar vidas largas, plenas y saludables.
¿Puede el medicamento de mi hijo(a) contagiarlo(a) de hepatitis o VIH/sida?
En el pasado, virus como los de la hepatitis A, B y C, y el VIH se transmitieron de la sangre de donantes a personas con hemofilia a través de los tratamientos con factor. Actualmente, estos productos son más seguros. El riesgo de contagiarse de estos virus a partir de productos de factor de coagulación se ha reducido drásticamente gracias a las siguientes técnicas:
Pruebas de detección de hepatitis y VIH a todos los donantes de sangre.
Purificación y tratamiento de todos los derivados de sangre humana a fin de eliminar todos los virus conocidos.
Desarrollo de productos recombinantes que tienen pocas o nulas proteínas de sangre humana.
Para que estén todavía más seguras se recomienda que todos los niños con trastornos hemorrágicos reciban inmunizaciones contra la hepatitis A y B. Actualmente no hay inmunizaciones disponibles contra la hepatitis C o el VIH.
Si desea obtener más información sobre seguridad de la sangre consulte la sección sobre Seguridad sanguínea y "La Comunidad Cuenta"
¿Puede mi hijo(a) ejercitarse y realizar actividades físicas?
¡Sí! De hecho, su hijo(a) debería hacer mucho ejercicio. La actividad física desarrolla músculos fuertes que ayudan a proteger las articulaciones. Entre algunas de las actividades más recomendadas para niños con trastornos hemorrágicos se cuentan las siguientes: natación, ciclismo, caminata, jogging, tenis, golf, baile, pesca, navegación en velero, y boliche.
Usted y su hijo(a) pueden colaborar para encontrar las actividades que más le convengan.
Hable con el personal de su centro de tratamiento de hemofilia, particularmente con el fisioterapeuta, sobe actividades seguras y adecuadas para la edad de su hijo(a).
También podría resultar útil hablar con otros padres y cuidadores de niños con trastornos sanguíneos o hemorrágicos, particularmente si sus hijos(as) son mayores que los(as) de usted, y ya han hecho muchas de las mismas preguntas.
Participe en actividades con toda la familia. ¡Las actividades familiares pueden ser divertidas!
Fomente también otras actividades. Las actividades artísticas ofrecen muchas posibilidades de expresión creativa.
Su hijo(a) tal vez quiera intentar las actividades que son populares entre sus amigos(as) y compañeros(as). Si estas actividades causaran episodios hemorrágicos dolorosos, usted tal vez tenga que trabajar con su hijo(a) para que entienda cómo permanecer seguro(a) al realizar actividades físicas. Antes de empezar cualquier actividad nueva hable con su proveedor de atención médica sobre las necesidades de su hijo(a).
Si desea obtener más información sobre cómo practicar actividades físicas de manera segura consulte la sección sobre Actividad física.
Si desea obtener más información sobre los riesgos de diferentes deportes consulte la sección Jugar a lo seguro.
Hermanos(as)
Algunos padres y cuidadores encuentran difícil prever la manera en la que los(as) hermanos(as) afrontarán el trastorno sanguíneo o hemorrágico de su hermano(a). Sea cual sea su reacción, pase tiempo con ellos y proporcióneles información adecuada para su edad. Hacer tiempo para hablar con cada uno de ellos puede ayudar a los niños a desarrollar mecanismos de afrontamiento y a saber que sus sentimientos son aceptables y válidos. Si su familia tuviera problemas para hablar entre sí, el(la) trabajador(a) social de su centro de tratamiento de hemofilia (HTC por su sigla en inglés) posiblemente pueda proporcionar ayuda.
Al hablar con un(a) niño(a) acerca del trastorno sanguíneo o hemorrágico de un(a) hermano(a) tenga en cuenta el estado de desarrollo del(la) niño(a). No todos los niños podrían entender la misma explicación. Adapte lo que tiene que decir y cuándo hacerlo, dependiendo de la edad del(la) niño(a) y de sus preguntas específicas. Al hablar con sus hijos(as) averigüe si tienen preguntas específicas. Esto le ayudará a entender exactamente lo que quieren saber, en vez de ofrecerles más información de la que están listos para recibir.
Hablar con su hijo(a) le permite saber cómo está afrontando los desafíos. Utilizar algunas sencillas técnicas para iniciar conversaciones hará que sus charlas sean más significativas y le ayudará a determinar si necesita avanzar o retroceder.
Hablar con los(as) hermanos(as) acerca de los trastornos hemorrágicos
Podría ser útil para los hermanos(as) entender la genética de los trastornos hemorrágicos. Usted puede ayudar a los hermanos(as) a saber cómo pueden heredarse los trastornos hemorrágicos y qué tipo de pruebas de detección se encuentran disponibles. Para los hermanos(as) podría resultar importante realizarse pruebas de niveles de factor de coagulación o de detección de otros trastornos hemorrágicos, ya que estas pruebas pueden ayudarles a entender su propia salud y a tomar decisiones documentadas.
Si desea obtener más información sobre la genética de los trastornos hemorrágicos consulte la sección ¿Cómo se contrae un trastorno hemorrágico?
Si desea obtener más información sobre pruebas de detección de trastornos hemorrágicos consulte la sección Pruebas de detección de portadores
¿Tiene problemas para iniciar la conversación? Los siguientes son algunos consejos para empezar:
Primero haga preguntas concretas.
Haga preguntas abiertas.
Haga preguntas sencillas.
Haga preguntas específicas.
Haga preguntas de seguimiento.
Ponga atención al lenguaje corporal. Algunas veces los chicos dicen una cosa, pero su lenguaje corporal dice otra.
Las siguientes son algunas actividades para comunicarse mejor con su hijo(a):
El tiempo que pasa manejando para llevar a su hijo(a) de una actividad a otra puede ser un buen momento para descubrir qué está pasando en la vida de su hijo(a).
La situación de asiento trasero/asiento delantero ofrece cierto nivel de comodidad para los chicos. No tienen que verlo(a) a los ojos o ver cómo se estremece si preguntan o dicen algo que usted no estaba realmente preparado(a) para escuchar.
Manejar le permite pensar bien una respuesta y hacer pausas a medida que se abre camino entre avenidas transitadas… y preguntas delicadas.
Envíe un texto breve para decir '¿Cómo estás?' o un rápido 'Hola, ¿qué hay?'.
Envíe un mensaje a su hijo(a) para dejarle saber lo orgulloso(a) que se siente de su reciente logro o envíele una tarjeta para decirle que está pensando en él/ella.
Dígale a su hijo(a) que siempre estará ahí para hablar con ellos y apoyarlos.
Saquen a pasear a la mascota de la familia, organicen un juego, o trabajen en algún proyecto juntos.
Aproveche un juego juntos para conectarse. El enfoque estará en el juego y su hijo(a) sentirá menos presión. Hay más posibilidades de que se abra y comparta con usted lo que pasa por su mente.
Preguntar a su hijo(a) algo acerca de su día o de algún tema en los medios podría iniciar una conversación que de otro modo no hubiera tenido.
No dé sermones; en vez de eso, escuche la opinión de su hijo(a) y ofrezca algunas opiniones usted.
Pregunte a cada niño(a) sobre alguna parte de su día.
Intente jugar el juego de las alegrías y preocupaciones. Cada niño(a) ‒y cada adulto‒ recuerda una situación alegre que ocurrió durante el día o algo que les preocupa.
Consejos para ayudar a los hermanos(as) a entender el trastorno hemorrágico de su hermano(a):
Esto ayudará a que tengan una mejor comprensión del tipo de tratamiento que su hermano(a) necesita.
¡Anímelos a hacer preguntas y manténgalos informados!
Enseñe a los(as) hermanos(as) cómo afecta el trastorno el cuerpo del(la) hermano(a) y cómo lo(a) hace sentir.
Cuando el(la) hermano(a) tenga una hemorragia, tranquilícelos de que se pondrá bien.
Si estuviera(n) interesado(s) en ayudar, asígnele(s) una tarea pequeña.
Los(as) hermanos(as) más jóvenes pueden ayudar a organizar los artículos necesarios para el tratamiento, elegir banditas adhesivas divertidas o sostener un paquete de hielo.
Los(as) hermanos(as) mayores pueden ayudar con tareas más complejas del tratamiento, si fuera conveniente.
Los capítulos de algunas organizaciones cuentan con programas específicamente diseñados para hermanos(as) de chicos con trastornos hemorrágicos.
Hay muchos campamentos en los que los(as) hermanos(as) pueden participar en la diversión y aprender más acerca de los trastornos hemorrágicos. Conocerán a hermanos(as) de otros niños con trastornos hemorrágicos, aprenderán de sus experiencias y compartirán las propias.
Hable con su(s) hijo(s)(a)(s) sobre todos los sentimientos que pudieran tener respecto al trastorno hemorrágico de su(s) hermano(s)(a)(s).
Por ejemplo: “Pareces molesto(a). Está bien sentirse así. Esto ha sido difícil para ti, ¿no?”
Demuestre empatía.
Por ejemplo: “Lo siento. Estoy seguro(a) de que eso se siente horrible. Esto debe ser difícil para ti.”
Comparta sus sentimientos, tanto positivos como negativos.
Por ejemplo: “Yo también me siento así algunas veces.”
Ayudar a los(as) hermanos(as) a explicarle a otros un trastorno hemorrágico
Amigos y compañeros podrían preguntar a los hermanos(as) acerca del trastorno hemorrágico de su(s) hermano(s)(a)(s). La siguiente es una respuesta sencilla que un(a) hermano(a) puede utilizar:
Mi hermano(a) [NOMBRE DEL HERMANO(A)] tiene un trastorno hemorrágico llamado [NOMBRE DEL TRASTORNO]; esto quiere decir que su sangre no funciona adecuadamente. Cuando [NOMBRE DEL HERMANO(A)] se lesiona o se lastima, simplemente toma más tiempo para que sanen sus heridas.
Si desea obtener más información sobre la manera en la que los(as) hermanos(as) pueden explicar un trastorno hemorrágico a otras personas consulte la sección Explicar a los amigos el trastorno hemorrágico de tu hermano o tu hermana.
Convertirse en una familia resiliente
Vivir en una familia con un trastorno hemorrágico puede resultar estresante algunas veces. Cuidar de alguien, o de más de una persona, con un trastorno sanguíneo o hemorrágico puede trastocar las rutinas familiares normales. Si bien controlar un trastorno hemorrágico puede llegar a ser difícil, trate de mantener una actitud abierta y aceptar las muchas definiciones de lo que es normal. Las familias más resilientes son las que trabajan juntas como equipo para manejar las responsabilidades de un trastorno sanguíneo o hemorrágico.
Las siguientes son algunas maneras para que su familia maneje con éxito un trastorno hemorrágico: