Disciplina

La disciplina es el proceso de trabajar con los(as) niños(as) para que conozcan los límites establecidos y sepan lo que ocurrirá si los ignoran. Establecer y mantener esos límites es igual en el caso de un(a) niño(a) con trastornos hemorrágicos que con cualquier otro(a) niño(a). Usted podría tener preocupación por establecer límites para un(a) niño(a) con trastornos hemorrágicos sabiendo que ya está pasando por muchas cosas. El(la) trabajador(a) social de su centro de tratamiento puede ser un excelente recurso para enfrentar esto.

Su método para establecer límites con su hijo(a) posiblemente también cambie a medida que crezca. El manejo del berrinche de un niño de dos años probablemente sea diferente del establecimiento de límites con un niño de primer grado. Si bien cada padre/madre o persona cuidadora tiene su propio método y estilo, las siguientes son algunas cosas que tomar en cuenta para disciplinar a un(a) niño(a) con un trastorno hemorrágico:

• Alabe cuando reporte una hemorragia. No castigue a su hijo(a) por tener una hemorragia.
• Enfatice que tener un trastorno hemorrágico y necesitar tratamiento no es un castigo.
• Los castigos físicos, como las nalgadas, pueden provocar hemorragias y no son seguros para su hijo(a). Se ha demostrado que generan un mayor, no menor, desafío a los límites.¹

• Trate de ser consistente. Alabe los comportamientos positivos y aplique consistentemente límites a los comportamientos negativos (retirar privilegios, etc.).

• Discipline a su hijo(a) con trastornos hemorrágicos de la misma manera que a sus hermanos(as).

• Aborde abiertamente actividades y comportamientos riesgosos. Hable sobre maneras de detener estos comportamientos y asegurarse de que sean seguros.

• Recuerde ser paciente con su hijo(a) y con usted mismo(a). Aplicar las reglas puede resultar agotador. Tómese un tiempo para usted mismo(a).

Para obtener información adicional sobre disciplina a través de diferentes edades y etapas consulte HealthyChildren.org (en inglés)