Comunicarse con la escuela de su hijo(a) e instruir al personal con respecto a su trastorno sanguíneo o hemorrágico es parte importante de la rutina de volver a la escuela. Si hubiera estado instruyendo al personal de la escuela sobre el trastorno sanguíneo o hemorrágico de su hijo(a), deberá continuar haciéndolo siempre que su hijo(a) asista a una nueva escuela. Si se mudara a una nueva comunidad debería reunirse con el personal de la escuela de su hijo y sostener conversaciones más minuciosas. Recuerde que su centro de tratamiento de hemofilia (HTC por su sigla en inglés) o su organización local de trastornos hemorrágicos pueden ayudarle con la instrucción para el personal escolar. Si desea obtener más información sobre hablar con el personal de la escuela y sus derechos en la escuela consulte las secciones Implicar al personal docente y administrativo de la escuela y Sus derechos: Legislación y adaptaciones escolares.
Cuando su hijo(a) empiece clases en una escuela nueva y posiblemente más grande, usted podría tener algunas preguntas o preocupaciones. Habrá más personal, más estudiantes, y diferentes requisitos de clases. Los siguientes consejos ayudarán a que el cambio a la escuela secundaria y preparatoria resulte exitoso.
Consejos para una transición escolar exitosa
En general, un buen momento para empezar a planear la transición a una nueva escuela es seis meses antes de la siguiente reunión sobre las necesidades educativas de su hijo(a). En el caso de la escuela primaria, su hijo(a) podría tener un plan para satisfacer sus necesidades educativas y de aprendizaje, como un Plan Educativo Individualizado (IEP por su sigla en inglés) y/o un Plan de Adaptación (según la sección) 504. Si su hijo(a) tuviera necesidades especiales complejas tal vez quiera empezar antes.
- Haga una cita para observar las clases conforme se llevan a cabo.
- Tome nota de la accesibilidad y la seguridad.
- Pida una copia de los manuales para estudiantes y padres y del programa de actividades.
- Anime a su hijo(a) a participar en todas las reuniones con la escuela.
- Apóyelo(a) conforme empieza a tomar sus propias decisiones. Anímelo(a) a comunicar sus necesidades.
Presente a su hijo(a) al personal de la nueva escuela:
- Asista a eventos o actividades escolares en familia.
- Hable con su hijo(a) sobre la nueva escuela y averigüe si tuviera cualquier preocupación al respecto. Esto ayudará a reducir la ansiedad que su hijo(a) pudiera experimentar.
- Organice una visita a la escuela o asista a una sesión de orientación. Con su hijo(a), identifique lugares como baños, cafetería y biblioteca. Encuentren las mejores rutas entre salones de clase y practiquen usar los casilleros (lockers).
- Uno de los principales desafíos al asistir a una nueva escuela es la divulgación. La divulgación consiste en informar a las personas sobre el trastorno sanguíneo o hemorrágico de su hijo(a).
- Ahora, su hijo(a) está en una edad de mayor independencia. Está encontrando su propia identidad y haciendo nuevas amistades. Esto afectará si decide informar a amigos y compañeros sobre su trastorno sanguíneo o hemorrágico y cómo hacerlo. Es probable que descubra que el número de personas a las que divulga su trastorno ahora es diferente del número de personas a quienes se lo divulgaba cuando eran más joven.
- Algunos niños podrían ser muy abiertos y contarles rápidamente a sus amigos sobre su trastorno sanguíneo o hemorrágico.
- Algunos utilizarán sus conocimientos sobre trastornos sanguíneos o hemorrágicos y sus experiencias para sus trabajos escolares. Esta información puede constituir un excelente proyecto para la clase de ciencias, un informe de salud o un ensayo personal.
- Otros niños desearán privacidad completa. Es probable que solo quieran que la enfermera y los administradores de la escuela lo sepan. Es probable que solo se lo cuenten a algunas de sus amistades más cercanas.
- Asegúrese de que su hijo(a) sepa que usted respeta su decisión sobre la divulgación.
- Recuerde: Es responsabilidad suya informar a determinadas personas sobre el trastorno sanguíneo o hemorrágico de su hijo(a) a fin de mantenerlo seguro(a).