Los niños pueden presentar dolor de la misma manera que los adultos. Existen muchos métodos para ayudar a disminuir el dolor. No obstante, el dolor puede ser una causa real de estrés y cansancio para niños con un trastorno hemorrágico. Al saber cómo limitar y xar el dolor, usted puede adquirir confianza en el tratamiento del episodio hemorrágico de su hijo(a).

Esta sección sobre El manejo del dolor abarca los siguientes temas:

¿Qué incide en el dolor?

Tipos de dolor

Valoración del dolor

El manejo del dolor

¿Qué incide en el dolor?

El dolor constituye una desagradable experiencia física y emocional. En el dolor inciden muchos factores biológicos, psicológicos y sociales individuales. El dolor afecta no solamente a los adultos, sino también a los niños con trastornos hemorrágicos. El dolor podría ser difícil de controlar porque cada persona siente el dolor y responde a él de manera única. En otras palabras, el dolor es una experiencia subjetiva.

Factores biológicos
  • El alcance de la enfermedad o lesión.
  • La presencia de otras enfermedades o trastornos.
  • Genética - Rasgos y variaciones que los padres biológicos transmiten a sus hijos.
Factores psicológicos
  • Ansiedad, miedo, depresión.
  • Pensar que el dolor se debe a algo peor que lo que en realidad es.
  • Sentirse incapaz de controlar el dolor.
Factores sociales
  • La manera en la que otras personas cercanas a su hijo(a) reaccionan al dolor.
  • El ambiente o las demandas de la guardería el kínder o la escuela.
  • Acceso a la atención médica.
  • Creencias culturales.

Tipos de dolor

En general, los niños con trastornos hemorrágicos pueden presentar los siguientes tipos de dolor:

  • Dolor agudo: Dolor a corto plazo, a menudo debido a un episodio hemorrágico agudo o después de cirugías.
  • Dolor crónico o persistente: Dolor a largo plazo, con frecuencia debido a episodios hemorrágicos repetidos.

Su hijo(a) podría no querer avisarle que tiene dolor. Bebés y niños muy pequeños podrían no ser capaces de avisarle sobre su incomodidad. Las siguientes son algunas señales comunes de dolor a las que usted puede estar atento(a):

  • Cambios de humor
  • Reticencia a comunicarse e interactuar con otras personas
  • Mayor irritabilidad
  • Incapacidad para concentrarse
  • Problemas para dormir
  • Menor interés en actividades favoritas
  • Falta de apetito

De no recibir tratamiento o de recibir tratamiento inadecuado, el dolor puede dar lugar a consecuencias más graves. Puede evitar que su hijo(a) se divierta con familiares y amigos, que aprenda en la escuela, o que duerma bien. Puede tener un impacto emocional, financiero, académico y espiritual en todas las personas implicadas y puede generar sentimientos de impotencia y desesperanza.

Valoración del dolor

Valorar el nivel y el efecto del dolor puede dificultarse en el caso de niños, particularmente si son muy pequeños como para poder expresar lo que sienten. La valoración del dolor en niños puede dificultarse debido a los múltiples factores que inciden en la experiencia del dolor. El dolor puede verse afectado por elementos como emociones, miedo, estrés y ansiedad. A menudo, los proveedores de atención médica utilizarán métodos para ayudar a su hijo(a) a describir cuánto dolor tienen. Una herramienta usada comúnmente es una escala del dolor. Hay muchos tipos diferentes de escalas del dolor. Algunos proveedores de atención médica podrían usar imágenes de diferentes caras, desde la cara de una persona relajada hasta la cara de una persona llorando, y pedirle a su hijo(a) que señale la cara que representa lo que siente. Si su hijo(a) fuera lo suficientemente mayor, podría pedírsele que clasifique su dolor en una escala del 1 al 10, siendo 1 ausencia de dolor, y 10 el peor dolor que pueda imaginarse. Otros proveedores de atención médica podrían pedirle que llenara un cuestionario sobre su hijo(a). El cuestionario ayudará a determinar cómo afecta el dolor la vida cotidiana de su hijo(a).

El manejo del dolor

El primer paso para el tratamiento del dolor de su hijo(a) es determinar si el dolor es agudo o crónico. Si sospechara una hemorragia podría ser adecuado proporcionar a su hijo(a) el medicamento para su trastorno hemorrágico a fin de ayudar a la coagulación de la sangre. Pero si el dolor de su hijo(a) no mejorara después de recibir el medicamento podría deberse a una causa diferente de la hemorragia.

No ignore el dolor de su hijo(a). No se demore en pedir ayuda.
Terapia P.R.I.C.E.

Atienda el dolor agudo de su hijo(a) usando la terapia P.R.I.C.E., acrónimo para describir las siguientes medidas: Protección, Reposo, hIelo, Compresión y, and Elevación.

  • Protección. Su hijo(a) no debería usar la parte del cuerpo afectada o poner peso en ella. Puede ayudarle usando una férula o aparto ortopédico. Si su hijo(a) se hubiera lesionado una pierna, las muletas podrían ser útiles.
  • Reposo. Pida a su hijo(a) que no use la parte del cuerpo afectada durante un periodo de 24 a 48 horas. Si sospechara una hemorragia puede continuar usando la férula o aparato ortopédico para limitar el movimiento y evitar una mayor hemorragia. Las muletas podrían ser útiles si la lesión fuera en la pierna.
  • Hielo. Apique hielo sobre la parte del cuerpo afectada. El hielo constriñe los vasos sanguíneos y ayuda a reducir el dolor y la inflamación.
  • Compresión. Aplique un vendaje elástico a la parte del cuerpo que su hijo(a) se haya lesionado. La compresión ayuda a reducir la inflamación y a prevenir más hemorragias.
  • Elevación. Mantenga elevada por encima del nivel del corazón la parte del cuerpo afectada de su hijo(a). La elevación disminuye la inflamación.

Si desea obtener más información sobre la terapia P.R.I.C.E. consulte el folleto P.R.I.C.E.

El manejo del dolor mediante métodos no farmacológicos

Fisioterapia

Se ha demostrado que la fisioterapia ayuda en el tratamiento del dolor agudo y crónico. El fisioterapeuta de su hijo(a) establecerá un plan de tratamiento individualizado con base en sus necesidades de el manejo del dolor. Algunas de las actividades podrían abarcar instrucción sobre el dolor, terapia manual, liberación miofascial, ejercicios terapéuticos y correctivos, vendaje neuromuscular (kinesio taping, en inglés), férulas y aparatos ortopédicos, o modificaciones del movimiento ergonómico y funcional.

Métodos psicosociales

Algunas veces, en la experiencia del dolor pueden incidir cuestiones psicológicas (que afectan la mente o el comportamiento) o sociales. Estas pueden abordarse mediante tratamientos específicos, tales como terapia cognitiva-conductual, conciencia plena, o terapia de aceptación. También hay opciones de tratamiento disponibles para el dolor relacionado con infusiones e inyecciones, ya que estas con frecuencia está acompañadas por miedo y fobia a las agujas. El trabajador social y/o el psicólogo del centro de tratamiento de hemofilia de su hijo(a) podrá ya sea proporcionarle tratamientos para el manejo del dolor o poner en contacto a su familia con un proveedor de atención médica adecuado en su comunidad. El trabajador social de su hijo(a) también podría ayudarle a sortear cualquier obstáculo a fin de recibir el tratamiento para el manejo del dolor que su hijo(a) necesita.

El manejo del dolor mediante métodos farmacológicos

El tratamiento farmacológico del dolor es el tratamiento del dolor usando un fármaco u otra sustancia no alimenticia. Este tipo de el manejo del dolor abarca productos de venta sin receta médica, tales como acetaminofeno (Tylenol®), pero también medicamentos recetados. Los niños no deberían tomar aspirina. La aspirina no solamente interfiere con la capacidad de la sangre para coagular, sino que también puede tener efectos secundarios graves en niños, tales como el síndrome de Reye. También es necesario tener cuidado al administrar a su hijo(a) fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINES), tales como ibuprofeno. Estos medicamentos pueden interferir con la capacidad de coagulación de la sangre. En casos más graves, el proveedor de atención médica de su hijo(a) podría recetar medicamentos no opiáceos para el manejo del dolor. Un ejemplo de estos es Celebrex®, un inhibidor de la enzima COX-2 que es seguro para personas con trastornos hemorrágicos. Rara vez se recetan medicamentos opiáceos para niños, pero si se recetaran, éstos deberían ser estrechamente vigilados por un médico certificado.

El manejo del dolor mediante métodos complementarios y alternos

El manejo del dolor mediante métodos complementarios y alternos abarca una gama de métodos, tales como técnicas mente-cuerpo y productos naturales. Muchos de estos métodos no han sido investigados ampliamente. No se conoce completamente qué tan bien funcionan para las personas con trastornos hemorrágicos. Sin embargo, pueden usarse en combinación con otros enfoques mejor establecidos para el manejo del dolor y podrían ayudar a mitigar el dolor de su hijo(a).

Recuerde consultar siempre al proveedor de atención médica de su hijo(a) antes de iniciar cualquier terapia con métodos complementarios y alternos. Esto es particularmente importante si está pensando en administrar a su hijo(a) algún producto herbolario, ya que muchas hierbas podrían interactuar negativamente con otros medicamentos y afectar directamente la capacidad de coagulación de la sangre.

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