El acoso, hostigamiento o intimidación (bullying, en inglés) es un problema serio que puede afectar emocional y físicamente a un(a) niño(a). Los niños(as), sus padres/madres y personas cuidadoras necesitan tener una comunicación abierta sobre el acoso. Es importante que usted y su hijo(a) sepan cómo identificar el acoso y cómo hacer frente a estas situaciones.

Esta sección de Siguiente paso ofrece información sobre los siguientes temas:

¿Qué es el acoso?

¿Quién es acosador y por qué?

¿Qué hacer respecto al acoso?

La integración

¿Qué es el acoso?

El acoso debería tomarse en serio y no tolerarse como parte del proceso de crecimiento. El acoso constituye una amenaza potencialmente grave al desarrollo saludable de los niños. El acoso puede ocurrirle a cualquier persona, en cualquier lugar, y puede provocar daños emocionales, educativos y físicos graves.

El acoso es un problema de salud pública.

—Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)

 

El acoso a menudo es frecuente durante la secundaria o entre las edades de 11 y 14 años. Durante este periodo los niños pasan de la escuela primaria a la escuela secundaria, y de la escuela secundaria a la escuela preparatoria. Al cambiar de escuela, los niños tratan de encontrar su lugar entre un nuevo grupo de compañeros.

Los acosadores atacan para establecer su control sobre otras personas. El acoso es intencional Y es un juego de poder. El acoso puede ser físico, como golpes, patadas, empujones, puñetazos y escupitajos. Otros tipos de acoso son menos directos, tales como bloquear el paso, seguir a la persona o rodearla cuando pasa. El acoso también puede ser verbal; por ejemplo, insultos y propagación de rumores. Puede ser emocional, como intimidación o exclusión social. Puede ocurrir en persona o por medio de correos electrónicos, llamadas telefónicas, mensajes de texto, en línea, y a través de redes sociales.

Si bien el acoso generalmente ocurre como amenazas verbales y abuso, la violencia física llega a ocurrir. Para cualquier persona con un trastorno hemorrágico esto puede ser muy peligroso. Como padre/madre o persona cuidadora, esté consciente de que el acoso es un problema real. Su hijo(a) podría ser víctima de acoso por parte de otros o ser acosador(a). Su hijo(a) podría haber visto a alguna persona ser acosada. De acuerdo con los Centros para el Control y la prevención de Enfermedades, cerca del 30% de los adolescentes estadounidenses reportaron por lo menos experiencias moderadas de acoso, como acosadores, víctimas o ambos.

Tómese un momento todos los días para escuchar a su hijo(a) y hablar con él/ella.

 

¿Quién es acosador y por qué?

Desafortunadamente, el acoso es un problema que enfrentan muchos niños en todas las etapas de su vida escolar.

¿Quién es acosador?

Un acosador es alguien que:

  • Necesita permanecer en control.
  • Carece de la capacidad para identificarse con los sentimientos de otra persona.
  • Podría haber sido acosado(a).
  • Podría provenir de una familia que permite comportamientos agresivos, carece de disciplina consistente, demuestra poca calidez y no ofrece apoyo.
¿Por qué las personas acosan a otras?
  • Para llamar la atención, sentirse superiores y controlar a otras personas.
  • Porque son o fueron víctimas de acoso.
  • Por estar celosas o resentidas.
  • Porque podrían tener una baja autoestima.
  • Porque se sienten poderosas.
  • Porque no saben cómo resolver problemas y conflictos sociales de manera pacífica.
Señales de que su hijo(a) podría ser víctima de acoso
  • Llega a casa con pertenencias, ropa o libros dañados, rotos o faltantes.
  • Presenta moretones, cortadas y rasguños inexplicables.
  • Se muestra dubitativo o con miedo de ir a la escuela, subirse al autobús o participar en actividades escolares.
  • Tiene baja autoestima.
  • Tiene problemas para dormir.
  • Muestra pérdida del apetito.
  • Presenta mal desempeño repentino en la escuela.
  • Exhibe comportamientos regresivos (por ejemplo, hacerse pipí en la cama o chuparse el dedo, en el caso de niños pequeños).
  • Los niños más grandes podrían retraerse o aislarse de familiares o amigos.
  • Falta a la escuela para evitar al acosador.

¿Qué hacer respecto al acoso?

Lo que usted puede hacer para establecer un buen ejemplo

  • Sea consistente con la disciplina. Establezca pautas claras de comportamiento, límites y expectativas.
  • Sea positivo(a) en su comunicación.
  • Sea un buen modelo a seguir.
    • Vigile su propio comportamiento. Los niños copian los comportamientos, tanto buenos como malos, de sus padres/madres, personas cuidadoras.
  • Practique la resolución positiva de conflictos. Esto implica escuchar, negociar respetuosamente, establecer claramente necesidades, y demostrar flexibilidad.
  • Demuestre que entiende cómo se siente otra persona.
  • Enseñe a su hijo(a) a respetar las diferencias en otras personas.
  • Participe en la escuela de su hijo(a).
    • Esto puede ser tan sencillo como ayudar con la tarea y asistir a las reuniones escolares.
    • Puede establecer una red con otros padres/madres y personas cuidadoras a fin de promover la seguridad en la escuela y prevenir comportamientos de acoso.
    • Averigüe si la escuela tiene una política sobre el acoso. Si no la tuviera, trabaje con la administración de la escuela y con cualquier organización de padres y maestros a fin de establecerla.
  • Comparta cualquier experiencia de acoso que haya tenido.

Lo que usted puede hacer si su hijo(a) fuera víctima de acoso

  • Escuche a su hijo(a). Muestre calma y tranquilidad.
  • No culpe a nadie: víctima, acosador o testigo.
  • No anime a su hijo(a) a atacar físicamente o a vengarse del(la) acosador(a).
    • Modele el juego de roles utilizando habilidades sociales positivas, como reafirmarse y negociar.
  • Anote los detalles de lo que su hijo(a) le diga y mantenga un registro que describa los incidentes de acoso.
    • Un registro será útil cuando se ponga en contacto con los profesores y administradores de la escuela. Asegúrese de indicar cuándo ocurrieron los incidentes, quiénes participaron, qué se dijo o se hizo, y las lesiones causadas.
  • Comuníquese con el(la) profesor(a), consejero(a) o administrador(a) de la escuela sobre el incidente.
    • Exhorte a la escuela a tomar en serio el asunto y solicite su cooperación.
    • Registre todas las comunicaciones que tenga con la administración de la escuela y sus respuestas.
  • No se comunique con el padre/la madre o la persona cuidadora del(la) acosador(a). Permita que sea la administración de la escuela quien lo haga.
  • Asegúrese de contar con un Plan Educativo Individualizado (IEP por su sigla en inglés) y/o un Plan de Adaptación (según la sección) 504, si fuera necesario. Ambos documentos pueden ayudar a apoyar las necesidades de su hijo(a).

La integración

La mayoría de los adolescentes y preadolescentes desea independencia en el proceso de encontrar su propia y singular identidad. Muchos quieren ser como sus compañeros(as) y la integración se convierte en una prioridad importante. No quieren verse o actuar diferente o quedar fuera de las actividades. Algunas veces, esto podría dar lugar a que niños con trastornos sanguíneos o hemorrágicos mantengan su diagnóstico en secreto. Podrían ocultar hemorragias o su necesidad de medicamentos, lo cual podría retrasar tratamientos necesarios.

Dado que hospitalizaciones, tratamientos médicos y episodios hemorrágicos podrían interferir con las actividades y limitar las experiencias sociales, muchos niños resienten su trastorno. Podrían proyectar su resentimiento hacia padres/madres, personas cuidadoras, o proveedores de atención médica, mostrándose rebeldes y desafiantes.

Afrontar el resentimiento puede ser difícil a cualquier edad, pero lo es particularmente durante la adolescencia y la preadolescencia. Entender por lo que está pasando su hijo(a) le ayudará a desarrollar su propia identidad. Mostrar una actitud positiva hacia su trastorno y transmitir una sensación de normalidad a lo largo de su día ayuda a los niños a desarrollar buenos mecanismos de afrontamiento. Al mismo tiempo, les ayudará a aprender cómo controlar con éxito su trastorno sanguíneo o hemorrágico.

Ayudar a su hijo(a) con la divulgación

Conforme los niños maduran aumenta su necesidad de privacidad, lo que podría incidir en sus decisiones respecto a divulgar a sus compañeros su trastorno sanguíneo o hemorrágico. Su hijo(a) podría elegir divulgar su diagnóstico a todos sus amigos y compañeros. También podría ser que su hijo(a) quisiera divulgarlo solamente a unas cuantas personas o a nadie. Algunos adolescentes y preadolescentes quieren ser conocidos por sus talentos y logros, no solamente por su trastorno sanguíneo o hemorrágico, mientras que otros disfrutarán instruyendo a las personas sobre su diagnóstico. Cualquiera que sea la decisión, asegúrese de incluir a su hijo(a) en el proceso para tomarla.

Diferentes personas necesitan diferentes cantidades de información. Es importante notificar a escuela, profesores y entrenadores sobre el trastorno sanguíneo o hemorrágico de su hijo(a) y proporcionarles toda la información necesaria para que puedan preservar su seguridad. Un(a) compañero(a) tal vez solo necesite saber que su hijo(a) tiene un trastorno sanguíneo o hemorrágico y lo que significa. Ayude a su hijo(a) a darse cuenta de que hablar sobre su trastorno sanguíneo o hemorrágico con sus compañeros puede ayudarle a sentirse mejor consigo mismo(a), con su diagnóstico y con su tratamiento.

Por supuesto, diferentes personas reaccionarán a esta información de manera diferente. Algunas amistades podrían encontrar las noticias perfectamente normales. Otras podrían mostrarse inquietas y preocupadas por la salud y el futuro de su hijo(a). Desafortunadamente, algunos compañeros podrían reaccionar de manera negativa. Podrían molestarse y hacer comentarios injustos, tendenciosos o hirientes, y en algunos casos suspender todo contacto con su hijo(a). Este tipo de reacciones puede ocurrir porque muchas personas saben muy poco acerca de los trastornos hemorrágicos o sanguíneos. Esto podría deberse a ideas preconcebidas o a ignorancia y prejuicios. Si esto llegara a ocurrir, recuerde que no es un reflejo de su hijo(a) o de usted, y que ustedes no son responsables de tales reacciones.

Ayudar a su hijo(a) a prepararse para contarle a otras personas

  • Instruya a su hijo(a) sobre su trastorno sanguíneo o hemorrágico. Asegúrese de que cuente con información precisa antes de compartirla con otras personas.
  • Ayude a su hijo(a) a practicar hablar sobre su trastorno sanguíneo o hemorrágico. Un trabajador social o proveedor de salud mental del centro de tratamiento de hemofilia de su hijo(a) puede ofrecer más apoyo.
  • Piense en todas las respuestas que un(a) compañero(a) podría tener al enterarse de que su hijo(a) tiene un trastorno sanguíneo o hemorrágico. Piense en cómo reaccionaría su hijo(a), a su vez. Esto les ayudará a usted y a su hijo(a) a determinar qué otra información podría ser necesario compartir.
  • Anime a su hijo(a) a elegir un buen momento y lugar para divulgar a alguien su trastorno sanguíneo o hemorrágico. Contar con suficiente tiempo para hablar y encontrarse en un lugar tranquilo facilita la conversación abierta y segura.

Consejos para ayudar a la integración de su hijo(a)

El conocimiento es clave.

Ayude a su hijo(a) a aprender sobre su trastorno hemorrágico. Asegúrese de que su hijo(a) sepa cómo expresar sus necesidades a otras personas. Ayude a su hijo(a) a aprender cómo establecer límites adecuados para actividades físicas con amigos.

Anime a su hijo(a) a expresar sus sentimientos sobre su trastorno sanguíneo o hemorrágico, sobre su tratamiento y cualesquiera otros problemas corporales.

Hable con su hijo(a) sobre la manera en la que el trastorno hemorrágico podría afectar la vida diaria y los planes futuros. Aborde posibles problemas con los compañeros y cómo manejar situaciones incómodas.

Anime a su hijo a socializar.

La socialización con otras personas con trastornos sanguíneos o hemorrágicos puede resultar una experiencia provechosa. Los niños pueden comunicarse virtualmente o en persona mediante campamentos, eventos del capítulo de su organización, la conferencia sobre trastornos hemorrágicos de NBDF, los Días de Washington, y otros eventos.

Obtenga ayuda profesional para su hijo(a).

Si su hijo(a) mostrara señales de depresión o problemas para afrontar su trastorno sanguíneo o hemorrágico, busque ayuda en su centro de tratamiento de hemofilia (HTC por su sigla en inglés). El HTC de su hijo(a) puede ser un buen lugar para empezar a encontrar proveedores de salud mental en su zona, quienes pueden atender los desafíos emocionales de adolescentes o preadolescentes.

Aborde maneras de controlar el estrés.

Reconozca las señales de estrés y enseñe a su hijo(a) estrategias para controlarlo eficazmente. Si desea más información sobre este tema consulte la sección Controlar el estrés.

Practique la resolución positiva de conflictos.

¿Su hijo(a) se porta mal? Practique la resolución positiva de conflictos escuchando, siendo flexible, enunciando claramente las necesidades, y participando en una negociación respetuosa.