Existen muchos métodos para ayudar a disminuir el dolor. No obstante, el dolor puede ser una causa real de estrés y cansancio para personas con un trastorno hemorrágico. Al saber cómo limitar y controlar el dolor, usted puede adquirir confianza en el tratamiento de un episodio hemorrágico y el dolor que este pudiera causar.

Esta sección sobre El manejo del dolor abarca los siguientes temas:

¿Qué incide en el dolor?

Tipos de dolor

Valoración del dolor

El manejo del dolor

¿Qué incide en el dolor?

El dolor constituye una desagradable experiencia física y emocional. En el dolor inciden muchos factores biológicos, psicológicos y sociales individuales. El dolor podría ser difícil de controlar porque cada persona siente el dolor y responde a él de manera única. En otras palabras, el dolor es una experiencia subjetiva.

Factores biológicos
  • El alcance de la enfermedad o lesión.
  • La presencia de otras enfermedades o trastornos.
  • Genética – Las variaciones y rasgos hereditarios de los seres humanos.
Factores psicológicos
  • Ansiedad, miedo, culpabilidad, enojo, depresión.
  • Pensar que el dolor se debe a algo peor que lo que en realidad es.
  • Sentirse incapaz de controlar el dolor.
Factores sociales
  • La manera en la que otras personas cercanas a usted reaccionan al dolor.
  • El ambiente o las exigencias del trabajo.
  • Acceso a la atención médica.
  • Creencias culturales.

Tipos de dolor

En general, las personas con trastornos hemorrágicos pueden presentar los siguientes tipos de dolor:

  • Dolor agudo: Dolor a corto plazo, a menudo debido a un episodio hemorrágico agudo o después de cirugías.
  • Dolor crónico o persistente: Dolor a largo plazo, con frecuencia debido a episodios hemorrágicos repetidos.

De no recibir tratamiento o de recibir tratamiento inadecuado, el dolor puede dar lugar a consecuencias más graves. Puede evitar que usted se divierta con familiares y amigos, que aprenda en la escuela y la universidad, que sea eficaz en su trabajo, o que duerma bien. Puede tener un impacto emocional, financiero, académico y espiritual en todas las personas implicadas y puede generar sentimientos de impotencia y desesperanza.

Valoración del dolor

Valorar su nivel de dolor puede dificultarse porque el dolor es siempre una experiencia subjetiva. El dolor puede verse afectado por elementos como emociones, miedo, estrés y ansiedad. A menudo, los proveedores de atención médica utilizarán métodos para ayudar a los pacientes a describir cuánto dolor tienen. Una herramienta usada comúnmente es una escala del dolor. Hay muchos tipos diferentes de escalas del dolor. Podrían pedirle que clasifique su dolor en una escala del 1 al 10, siendo 1 ausencia de dolor, y 10 el peor dolor que pueda imaginarse. Algunos proveedores de atención médica podrían usar imágenes de diferentes caras, desde la cara de una persona relajada hasta la cara de una persona llorando. Otros proveedores de atención médica podrían pedirle que llene un cuestionario. El cuestionario ayudará a determinar cómo afecta el dolor su vida cotidiana.

Lista de verificación del dolor

Las siguientes preguntas podrían ayudar a determinar si el dolor causado por su trastorno de la coagulación afecta su vida cotidiana. Si sintiera que el dolor estuviera perturbando su vida cotidiana pida ayuda a su proveedor de atención médica o al equipo de su centro de tratamiento de hemofilia (HTC por su sigla en inglés).

Factores físicos
  • ¿Está con frecuencia imposibilitado para participar en sus actividades favoritas?
  • ¿Tiene problemas para dormir?
  • ¿Tiene que permanecer en casa o en cama?
  • ¿Ha perdido el apetito?
  • ¿Ha experimentado recientemente cambios en su movilidad?
  • ¿Está usando muletas o silla de ruedas?
Factores emocionales
  • ¿Está a menudo molesto(a), malhumorado(a) o se irrita fácilmente por problemas menores?
  • ¿Llora fácilmente, algunas veces incluso sin saber por qué?
  • ¿Se siente generalmente triste o abrumado(a)?
  • ¿Siente desesperanza o que nadie entiende cómo se siente usted?
Factores de trabajo
  • ¿Te estás quedando atrás en el trabajo o te sientes a menudo abrumado?
  • ¿Tienes problemas para concentrarte en tu trabajo? 
  • ¿Necesitas hacer pausas frecuentes mientras haces tu trabajo?
Factores sociales
  • ¿Tiene que cancelar planes con sus amigos frecuentemente?
  • ¿A menudo está solo(a)?
  • ¿Se ha aislado de familiares y amigos?

El manejo del dolor

El primer paso para el tratamiento de su dolor es determinar si el dolor es causado por una hemorragia. Si sospechara una hemorragia use el medicamento para su trastorno hemorrágico, como le fue recetado. Pero tenga en cuenta que algunas veces las personas con trastornos hemorrágicos equivocadamente administran el medicamento para su trastorno hemorrágico cuando tienen dolor crónico. Si no estuviera seguro(a) tome su medicamento como le fue recetado. Pero si su dolor no mejorara podría deberse a una causa diferente de la hemorragia.

No ignore el dolor de su hijo(a). No se demore en pedir ayuda.

 

Terapia P.R.I.C.E.

Además, atienda su dolor agudo usando la terapia P.R.I.C.E., acrónimo para describir las siguientes medidas: Protección, Reposo, hIelo, Compresión y, and Elevación.

  • Protección. No debería usar la parte del cuerpo afectada o poner peso en ella. Puede ayudarse usando una férula o aparto ortopédico. Si se hubiera lesionado una pierna, las muletas podrían ser útiles.
  • Reposo.  No use la parte del cuerpo afectada durante un periodo de 24 a 48 horas. Si sospechara una hemorragia puede continuar usando la férula o aparato ortopédico para limitar el movimiento y evitar una mayor hemorragia. Las muletas podrían ser útiles si la lesión fuera en la pierna.
  • Hielo. Apique hielo sobre la parte del cuerpo afectada. El hielo constriñe los vasos sanguíneos y ayuda a reducir el dolor y la inflamación.
  • Compresión. Aplique un vendaje elástico a la parte del cuerpo que se haya lesionado. La compresión ayuda a reducir la inflamación y a prevenir más hemorragias.
  • Elevación. Mantenga elevada por encima del nivel del corazón la parte del cuerpo afectada. La elevación disminuye la inflamación.

Si desea obtener más información sobre la terapia P.R.I.C.E. consulte el folleto P.R.I.C.E.

El manejo del dolor mediante métodos no farmacológicos

Fisioterapia

La fisioterapia ayuda en el tratamiento del dolor agudo y crónico. Su fisioterapeuta establecerá un plan de tratamiento individualizado con base en sus necesidades de el manejo del dolor. Algunas de las actividades podrían abarcar instrucción sobre el dolor, terapia manual, liberación miofascial, ejercicios terapéuticos y correctivos, vendaje neuromuscular (kinesio taping, en inglés), férulas y aparatos ortopédicos, o modificaciones del movimiento ergonómico y funcional. Su fisioterapeuta también podría ofrecerle electroestimulación nerviosa transcutánea (TENS por su sigla en inglés), mediante la cual se transmite a través de la piel una corriente eléctrica de bajo voltaje a fin de estimular los nervios. Se cree que esta estimulación, que no es dolorosa, esconde las señales de dolor. Si fuera adecuado, su fisioterapeuta también podría recomendarle que usara la terapia TENS en su hogar.

Métodos psicosociales

Algunas veces, en la experiencia del dolor pueden incidir cuestiones psicológicas (que afectan la mente o el comportamiento) o sociales. Estas pueden abordarse mediante tratamientos específicos, tales como terapia cognitiva-conductual, conciencia plena, o terapia de aceptación. También hay opciones de tratamiento disponibles para el dolor relacionado con infusiones e inyecciones, ya que estas con frecuencia está acompañadas por miedo y fobia a las agujas. El trabajador social y/o el psicólogo del su centro de tratamiento de hemofilia podrán ya sea proporcionarle tratamientos para el manejo del dolor o ponerle en contacto con un proveedor de atención médica adecuado en su comunidad. Su trabajador social también podría ayudarle a sortear cualquier obstáculo a fin de recibir el tratamiento para el manejo del dolor que usted necesita.

El manejo del dolor mediante métodos farmacológicos

El tratamiento farmacológico del dolor es el tratamiento del dolor usando un fármaco u otra sustancia no alimenticia. Este tipo de el manejo del dolor abarca productos de venta sin receta médica, tales como acetaminofeno (Tylenol®), pero también medicamentos recetados. Como persona con un trastorno hemorrágico, usted no debería tomar aspirina, la cual puede interferir con la capacidad de la sangre para coagular. También es necesario tener cuidado con los fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINES), tales como el ibuprofeno o el naproxeno. Estos medicamentos también pueden interferir con la capacidad de coagulación de la sangre. Su proveedor de atención médica podría recetarle medicamentos no opiáceos para el manejo del dolor. Un ejemplo de estos es Celebrex®, un inhibidor de la enzima COX-2 que es seguro para personas con trastornos hemorrágicos. Los medicamentos opiáceos deben recetarse y vigilarse por un médico certificado.

El manejo del dolor mediante métodos complementarios y alternos

El manejo del dolor mediante métodos complementarios y alternos abarca una gama de métodos, tales como técnicas mente-cuerpo y productos naturales. Muchos de estos métodos no han sido investigados ampliamente. No se conoce completamente qué tan bien funcionan para las personas con trastornos hemorrágicos. Sin embargo, a menudo se usan en combinación con otros enfoques mejor establecidos para el manejo del dolor y podrían ayudar a mitigar su dolor.

Recuerde consultar siempre a su proveedor de atención médica antes de iniciar cualquier terapia con métodos complementarios y alternos. Esto es particularmente importante si está pensando en tomar algún producto herbolario, ya que muchas hierbas interactúan negativamente con otros medicamentos y afectan directamente la capacidad de coagulación de la sangre.

 

 

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