A medida que usted envejece pudieran preocuparle otros problemas de salud. El plan de tratamiento para su trastorno hemorrágico y el manejo de su salud en general podrían verse afectados por estos problemas.

Esta sección sobre Problemas de salud comunes abarca los siguientes temas: 

Pruebas de detección: Qué, cuándo, dónde

Anemia

Cáncer

Enfermedad cardiovascular

Enfermedad renal crónica

Diabetes

Hepatitis y enfermedad hepática

Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)

Enfermedad articular

Salud oral

Osteoporosis

Accidentes cerebrovasculares

Uso de sustancias

Cambios en la visión

Pruebas de detección: Qué, cuándo, dónde

Los tratamientos y la atención mejorada implican que las personas con trastornos hemorrágicos viven más tiempo. Consultar periódicamente a su proveedor de atención médica y obtener las pruebas de detección adecuadas es fundamental para mantenerse saludable a medida que envejece. 

Atención primaria 

Contar con un buen proveedor de atención médica primaria es muy importante para mantenerse saludable. Al programar consultas periódicas con su proveedor de atención médica, usted puede coordinar pruebas de detección relacionadas con la edad para trastornos tales como cáncer y colesterol alto. Si su proveedor de atención médica primaria estuviera en el mismo sistema de salud que su centro de tratamiento de hemofilia (HTC por su sigla en inglés), los miembros de su equipo de salud podrán comunicarse fácilmente.  

Conozca su cuerpo 

Ponga atención a las hemorragias. Sepa qué tipo de hemorragia es habitual para usted y cuál no lo es. Los episodios hemorrágicos que no son habituales para usted podrían ser señal de un problema relacionado con la edad o de otro tipo. Asegúrese de abordar las hemorragias inusuales con sus proveedores de atención médica y con el equipo de su centro de tratamiento de hemofilia (HTC por su sigla en inglés). Esto le ayudará a identificar cualquier problema de salud y a recibir de manera temprana cualquier tratamiento necesario. 

Sométase a pruebas de detección de trastornos relacionados con la edad 

Las personas con trastornos sanguíneos o hemorrágicos deberían someterse a pruebas de detección para los mismos trastornos relacionados con la edad que las personas que no tienen trastornos sanguíneos o hemorrágicos. Esto le ayudará a mantenerse saludable a medida que envejece. Algunas pruebas, tales como colonoscopias y biopsias, necesitan cierta coordinación con su HTC a fin de asegurarse de que no presente complicaciones hemorrágicas.

Hable con sus proveedores de atención médica sobre las pruebas de detección adecuadas para usted. 

Anemia

La anemia ocurre cuando el cuerpo pierde sangre y/o no produce suficientes glóbulos rojos. Una de las mayores actividades de estas células es transportar oxígeno. Bajos niveles de glóbulos rojos podrían impedir que el cuerpo mantenga los niveles necesarios de oxígeno.18  

Tipos comunes de anemia en personas con trastornos hemorrágicos 

Si bien hay varios tipos de anemia, el más común en personas con trastornos hemorrágicos es la anemia por deficiencia de hierro. 

La anemia por deficiencia de hierro se presenta cuando no hay suficiente hierro para producir glóbulos rojos. La deficiencia de hierro generalmente es resultado de episodios hemorrágicos repetidos. También podría deberse a hábitos poco saludables o a otros factores.18 Mujeres, niñas y personas con posibilidad de menstruar que padecen trastornos hemorrágicos, con frecuencia presentan deficiencia de hierro debida a periodos menstruales abundantes.  

Las personas con otros trastornos médicos como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o el virus de la hepatitis C (VHC) a menudo presentan anemia leve. Un diagnóstico común es anemia por enfermedad crónica. Este tipo de anemia ocurre cuando la inflamación afecta la manera en la que los glóbulos rojos absorben el hierro, incluso cuando está presente.18 

¿Cuáles son los síntomas de la anemia? 

La anemia leve podría no presentar señales o síntomas. No obstante, en algunas personas podría provocar los siguientes:18 

  • Cansancio 
  • Debilidad 
  • Dolor de cabeza 
  • Piel pálida o amarillenta (lo que se conoce como palidez) 

La anemia moderada o grave podría generar problemas más graves, entre ellos los siguientes:18 

  • Mareos o desmayos 
  • Sudoración 
  • Pulso débil o rápido 
  • Respiración rápida o falta de aliento 
  • Calambres en las pantorrillas al hacer ejercicio 
  • Daño cerebral 
  • Trastornos cardiacos [por ejemplo, latidos irregulares (llamados arritmia), soplo cardiaco, agrandamiento del corazón o insuficiencia cardiaca] 

¿Cuál es el tratamiento para la anemia? 

La anemia se diagnostica fácilmente con una prueba de sangre y un examen físico. Si usted tuviera anemia por deficiencia de hierro, su proveedor de atención médica podría recomendarle que modifique su dieta o que tome complementos de hierro.16, 19 En casos de anemia más grave podría ser necesaria una transfusión de sangre.2, 19  

Si se conociera el origen de la hemorragia que está provocando su anemia por deficiencia de hierro, usted debería colaborar con su proveedor de atención médica a fin de preparar el plan de tratamiento adecuado para su trastorno hemorrágico. Si no se conociera el motivo de la deficiencia de hierro, su proveedor de atención médica debería investigar posibles fuentes de la hemorragia. 

Cáncer

El cáncer es una enfermedad en la que sus propias células empiezan a crecer de manera incontrolable. Normalmente, sus células mueren conforme envejecen o se dañan y se forman células nuevas. Si usted tuviera cáncer, células anormales o dañadas crecerán y se multiplicarán. A menudo estas células formarán tumores. No obstante, algunos tipos de cáncer de la sangre, como la leucemia, no forman tumores. 

¿Cómo se adquiere el cáncer? 

El cáncer es causado por cambios en sus genes. Estos genes son responsables del crecimiento celular. Estos cambios genéticos pueden heredarse de sus padres biológicos o ser provocados por su estilo de vida y medioambiente. El riesgo de tener cáncer se incrementa con la edad. Su cuerpo puede eliminar células cancerosas, pero esta capacidad disminuye conforme usted envejece. 

Las personas infectadas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y/o con el virus de la hepatitis C (VHC) deberían estar conscientes de ciertos tipos de cáncer, entre ellos el linfoma no Hodgkins, el cáncer de células basales (un tipo de cáncer de la piel), el sarcoma de Kaposi, y el carcinoma hepatocelular (un tipo de cáncer del hígado).1, 11, 12,2 3 El cáncer del hígado es el tipo de cáncer más común en personas con hemofilia y hepatitis C. 

Usted puede reducir sus riesgos de contraer cáncer vacunándose contra los virus del papiloma humano (VPH) y de la hepatitis B, así como llevando un estilo de vida saludable, lo cual abarca evitar el tabaco, proteger su piel, limitar su consumo de alcohol y mantener un peso saludable.

¿Cuál es el tratamiento para el cáncer? 

El protocolo exacto para el tratamiento del cáncer depende del tipo y la fase del cáncer que usted tenga. El protocolo también dependerá de sus preferencias y valores personales. El diagnóstico y el tratamiento del cáncer, como biopsias, cirugías, quimioterapia y radioterapia, podría requerir otros medicamentos para su trastorno hemorrágico. Es importante colaborar con su equipo de proveedores de atención médica a fin de preparar el mejor plan de atención para usted. 

Mientras más temprano se identifique el cáncer, más fácil será su tratamiento. Los CDC recomiendan pruebas de detección periódicas para varios tipos de cáncer y las personas con trastornos hemorrágicos deberían seguir estas recomendaciones. El cáncer algunas veces podría pasar desapercibido porque sus síntomas podrían confundirse con los síntomas de un trastorno hemorrágico. 

Enfermedad cardiovascular

El término enfermedad cardiovascular (ECV) describe muchos trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, entre ellos los siguientes:25 

  • Ataque cardiaco 
  • Infarto 
  • Insuficiencia cardiaca 
  • Arritmia, un problema con la frecuencia o el ritmo cardiacos 
  • Defectos de las válvulas del corazón

¿Cómo se adquiere la ECV? 

Los factores de riesgo para la ECV son más comunes en personas con trastornos hemorrágicos. Estos factores abarcan presión sanguínea alta (llamada hipertensión), obesidad y síndrome metabólico. El síndrome metabólico es una combinación de presión sanguínea alta, exceso de grasa alrededor del abdomen, niveles de colesterol altos, y niveles de glucosa altos. Otros factores de riesgo son colesterol y triglicéridos (un tipo de grasa de su cuerpo) altos, historial familiar de enfermedad cardiovascular a una edad temprana y falta de ejercicio.17

¿Cuál es el tratamiento para la ECV? 

El tratamiento con terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) también incrementa el riesgo de eventos cardiovasculares en personas con trastornos hemorrágicos. 

Usted puede reducir su riesgo de padecer ECV tomando las mismas medidas que las personas sin trastornos hemorrágicos, entre ellas: 

  • Llevar una dieta sana, baja en grasas. 
  • Hacer ejercicio y mantenerse activo(a). 
  • Evitar o dejar de fumar. 
  • Reducir el estrés. 
  • Monitoreo periódico de la presión sanguínea, el colesterol y los niveles de glucosa. 

A menudo, las personas con ECV reciben medicamentos que previenen la formación de coágulos sanguíneos. Esto podría sonar muy atemorizante para una persona con un trastorno hemorrágico. Sin embargo, su cardiólogo (el médico que controla su ECV) y el equipo del HTC colaborarán estrechamente a fin de asegurarse de que su plan de tratamiento lo(la) mantenga saludable y seguro(a).  

Si desea obtener más información sobre alimentación sana consulte Opciones alimenticias.  

Si desea obtener más información sobre opciones para reducir el estrés consulte Controlar es estrés.  

Enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica (ERC) ocurre cuando sus riñones ya no pueden filtrar su sangre adecuadamente. Esto provocará que permanezcan en su cuerpo una mayor cantidad de fluidos y de productos de desecho. Cuando esto ocurre podrían presentarse problemas de salud como enfermedad cardiovascular o bajas cantidades de glóbulos rojos (anemia).14

¿Cómo se adquiere la ERC? 

Las personas con trastornos hemorrágicos tienen factores de riesgo similares a los de las personas sin trastornos hemorrágicos. No obstante, algunos de estos factores de riesgo son más comunes en personas con trastornos hemorrágicos. Entre los factores de riesgo se cuentan los siguientes:14 

  • Alta presión sanguínea (llamada hipertensión) 
  • Infección con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) 
  • Hemorragias renales 
  • Diabetes 
  • Enfermedad cardiovascular 
  • Historial familiar de ERC 
  • Obesidad 

¿Cuáles son los síntomas de la ERC? 

La hematuria, o sangre en la orina, generalmente no es causa importante de preocupación en personas jóvenes con un trastorno hemorrágico, incluso cuando son necesarios medicamentos para detenerla. En adultos mayores con un trastorno hemorrágico la hematuria puede ser una señal de ERC. No obstante, muchas personas con ERC no presentan ningún síntoma específico.14 

¿Cuál es el tratamiento para la ERC? 

Las pruebas de detección de la enfermedad renal y su manejo son similares para personas con y sin trastornos hemorrágicos. Si su proveedor de atención médica pensara que usted podría tener enfermedad renal, podría referirlo(a) a un especialista en enfermedades renales (nefrólogo). 

Si usted tuviera ERC es importante seguir una dieta saludable para los riñones. Un nutriólogo puede ayudarle a preparar un plan de alimentación que funcione para usted. También debería mantener un peso saludable, realizar actividad física y controlar su presión sanguínea elevada o su diabetes, si tuviera estos trastornos. Si fumara, es importante dejar de fumar, ya que fumar puede empeorar la ERC.14 

Las personas con enfermedad renal de fase terminal (ERFT) generalmente se someten a diálisis. La diálisis puede realizarse de manera segura en personas con un trastorno hemorrágico. Hay dos tipos principales de diálisis: hemodiálisis y diálisis peritoneal. La hemodiálisis utiliza una máquina para filtrar la sangre, mientras que la diálisis peritoneal utiliza como filtro el delgado recubrimiento alrededor del abdomen. La diálisis peritoneal podría ser la mejor opción para personas con un trastorno hemorrágico porque tiene menores probabilidades de requerir agentes adelgazantes de la sangre o medicamento para el trastorno hemorrágico.14  

El trasplante de riñón es otro tratamiento para algunas personas con ERFT. También puede realizarse de manera segura en personas con un trastorno hemorrágico, tomando las precauciones adecuadas.

Diabetes

La diabetes es una enfermedad en la que las concentraciones de azúcar (llamada glucosa) en la sangre son muy altas. Normalmente, el cuerpo usa la hormona insulina para trasportar la glucosa de los alimentos que comemos a las células. Cuando la glucosa llega a las células se utiliza como energía. En personas con diabetes, el cuerpo produce cantidades insuficientes o nulas de insulina. También podría ser que el cuerpo no pudiera utilizar la insulina adecuadamente. Esto genera que la glucosa se acumule en la sangre, lo cual puede dañar los vasos sanguíneos. 

El riesgo de padecer diabetes se incrementa con la edad. Las personas inactivas y/o con un peso no saludable también corren mayores riesgos de padecer diabetes. Mantener un peso saludable y realizar actividad física puede disminuir este riesgo. 

¿Cuáles son los síntomas de la diabetes? 

La diabetes puede causar problemas de salud graves, entre ellos enfermedad del corazón, ceguera, insuficiencia renal, mala circulación, y pérdida de sensación en las piernas (llamada neuropatía periférica). La mala circulación y la neuropatía pueden generar infecciones y posiblemente la pérdida de alguna parte del cuerpo.  

Los siguientes son los síntomas más comunes de la diabetes: 

  • Orinar frecuentemente 
  • Sed excesiva 
  • Pérdida de peso inexplicable 
  • Hambre extrema 
  • Cambios repentinos en la visión 
  • Hormigueo o entumecimiento en manos o pies 
  • Cansancio 
  • Piel muy reseca 
  • Llagas (lesiones) que sanan muy lentamente 
  • Infecciones más frecuentes
Las guías actuales recomiendan que las personas mayores con trastornos hemorrágicos, particularmente quienes tienen sobrepeso, se sometan a pruebas anuales de detección de diabetes.

 

¿Cuál es el tratamiento para la diabetes? Si usted tuviera diabetes, un buen control de la glucosa en la sangre es importante a fin de evitar problemas graves de salud. El tratamiento de la diabetes abarca el monitoreo constante de los niveles de azúcar en la sangre, una dieta saludable, y actividad física. Además, podrían ser necesarios medicamentos orales o insulina para controlar el nivel de glucosa. Las inyecciones de insulina subcutáneas (es decir, bajo la piel) pueden administrarse de manera segura sin provocar complicaciones hemorrágicas.

Hepatitis y enfermedad hepática

La hepatitis es la inflamación del hígado, comúnmente causada por una infección viral. Hay seis tipos de virus causantes de la hepatitis. Los más comunes son los virus de la hepatitis A virus (VHA), de la hepatitis B virus (VHB) y de la hepatitis C (VHC).4, 6, 8, 13 

¿Cómo se adquiere la hepatitis? 

El VHA se propaga a través de las heces y, en raras ocasiones, a través de la sangre. La hepatitis A generalmente no genera enfermedad crónica (de largo plazo).4, 6, 8, 13  

El VHB y el VHC se propagan a través de la sangre, el semen y otros fluidos corporales. Estos pueden causar enfermedad hepática crónica. La enfermedad hepática crónica es mucho más común con el VHC que con el VHB.4, 6, 8, 13 

Hasta el 98% de las personas que recibieron factor de coagulación derivado de plasma durante los años setenta y ochenta resultaron infectadas con el VHC. Entre 1987 y 1991 las personas ya no se infectaron con el VIH; aun así, 3,000 personas resultaron infectadas con hepatitis C.

Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)

¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis? 

Los síntomas y efectos a largo plazo de la infección crónica con el VHB o con el VHC varían de una persona a otra. Algunas personas no tienen ningún síntoma, mientras que otras presentan cirrosis, o cicatrización del hígado; o bien cáncer hepático o insuficiencia hepática.4, 6, 8 

Los CDC recomiendan pruebas periódicas de detección de la hepatitis C para personas que corren un riesgo elevado de contraerla.22 

¿Cómo se diagnostica la hepatitis? 

Generalmente, el diagnóstico se basa en una combinación de los signos y síntomas de una persona, su historial médico, análisis de sangre, pruebas de imágenes, y biopsias hepáticas. 

Mediante una biopsia se retira una pequeña parte del hígado a fin de determinar el grado de daño que estos virus le han causado. Con tratamiento para su trastorno hemorrágico, las biopsias hepáticas, particularmente usando la ruta transyugular (inserción IV en la vena yugular del cuello), son más seguras que las biopsias habituales. Las biopsias habituales durante las que se inserta una aguja en la parte media del cuerpo no son tan seguras para las personas con trastornos hemorrágicos. Algunos proveedores de atención médica utilizan análisis de sangre que pueden ayudar a calcular el grado de fibrosis del hígado.4, 6, 8  

¿Cuál es el tratamiento para la hepatitis? 

La hepatitis A no tiene tratamiento específico. Si hubiera contraído el VHA debería guardar reposo, evitar el alcohol, medicamentos y otras sustancias tóxicas para el hígado.4, 6, 8 

El tratamiento para la hepatitis B y para la hepatitis C generalmente es una combinación de medicamentos antivirales. De manera reciente están disponibles medicamentos nuevos y más eficaces para el VHC.4, 6, 8, 21 

Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) 

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca el sistema inmunológico de una persona, lo que disminuye la capacidad del cuerpo para combatir infecciones. Si bien actualmente no hay cura para el VIH, es posible controlarlo con atención médica adecuada.4 

¿Cómo se adquiere el VIH? 

El VIH puede transmitirse de persona a persona a través de sangre, semen, fluido preseminal, fluidos rectales, fluidos vaginales y leche materna. Estos fluidos necesitan entrar en contacto directo con sus membranas mucosas o ingresar a su cuerpo a través de una herida o inyección. Esto generalmente ocurre a través de relaciones sexuales, y cuando se comparten agujas, jeringas u otros equipos de inyección.4 

Gracias a la mejora de las medidas de seguridad en el suministro de sangre, la probabilidad de infectarse con el virus de la hepatitis a través de productos sanguíneos es muy baja.

Muchas personas con un trastorno hemorrágico que recibieron productos de tratamiento derivados de plasma a finales de los años setenta y principios de los ochenta resultaron infectadas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Actualmente, alrededor del 10% al 15% de las personas con hemofilia presentan infección por VIH.

¿Cuáles son los síntomas del VIH? 

Durante la fase aguda de la infección del VIH muchas personas presentan síntomas similares a los de la influenza durante 2 a 4 semanas. Después de la fase aguda, las personas pasan a la fase crónica, y muchas no presentarán ningún síntoma hasta que aparece el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (sida). Una vez que la persona tenga sida, su sistema inmunológico presentará daños considerables y enfrentará muchas infecciones.4  

¿Cuál es el tratamiento para el VIH? 

Los tratamientos para la infección por VIH han mejorado desde que el virus se identificó por primera vez. Actualmente, la terapia antirretroviral (TAR) constituye la norma de tratamiento para personas infectadas por el VIH. La TAR implica ya sea tomar pastillas o inyecciones para quienes tienen una carga viral indetectable durante al menos tres meses. La TAR previene o retrasa la aparición del sida y las infecciones que lo complican.4, 10 

Envejecer puede aumentar el riesgo de efectos secundarios de los medicamentos y de contraer otras enfermedades. Esto puede complicar más el manejo del VIH. Conforme usted envejece, su equipo de atención médica debe monitorear cuidadosamente su salud ósea, renal, metabólica, cardiovascular y hepática.10 

Enfermedad articular

Muchas personas con trastornos hemorrágicos tienen enfermedad articular (artropatía). Esto se debe a los episodios hemorrágicos repetidos en las articulaciones. Los tratamientos para los trastornos hemorrágicos han mejorado a lo largo de los años, y actualmente las personas pueden prevenir y manejar las hemorragias articulares de una manera mucho mejor. Esto ha generado menor artropatía entre personas con trastornos hemorrágicos, aunque no se ha eliminado por completo. La artropatía afecta considerablemente a personas con hemofilia grave que no han recibido tratamiento profiláctico desde una edad temprana. Al igual que la población en general, conforme envejecen, las personas con un trastorno hemorrágico también corren el riesgo de padecer osteoartritis (artritis resultante del desgaste de las articulaciones). 

Si desea obtener más información sobre enfermedad articular y su tratamiento consulte Protección de las articulaciones

Salud oral

La salud oral (de la boca) es un componente importante de su salud y bienestar generales. Conforme usted envejece es probable que aparezcan más problemas orales. Los adultos mayores que no tienen seguro médico, que se encuentran en desventaja socioeconómica y que son miembros de una minoría racial o étnica tienden a tener una salud oral más deficiente. Muchos adultos mayores pierden su seguro dental al jubilarse.7, 9  

Los problemas de salud oral más comunes en adultos mayores abarcan caries no tratadas, enfermedad de las encías, pérdida de dientes y cáncer oral. Las enfermedades crónicas como la diabetes o la enfermedad cardiovascular pueden incrementar la presencia de problemas de salud oral.7,9  

¿Qué es lo que provoca problemas de salud oral? 

La placa, una película delgada, incolora, pegajosa y llena de bacterias que se forma constantemente en los dientes, puede provocar caries y enfermedad de las encías. La placa debe eliminarse cada día para evitar su acumulación, su endurecimiento y que se transforme en sarro. La acumulación de placa puede causar gingivitis (inflamación de las encías) y sangrado de las mismas. También podría presentarse periodontitis crónica, la cual daña la membrana que fija los dientes a la mandíbula, y provocar la pérdida de los dientes. 

¿Qué puede hacer usted? 

El cuidado dental preventivo debería ser una prioridad para personas con trastornos hemorrágicos. Es importante usar hilo dental, cepillarse y visitar a un dentista que entienda su trastorno hemorrágico. Los buenos hábitos dentales pueden ayudar a evitar complicaciones de salud oral. 

Los siguientes son algunos consejos para mantener sanos sus dientes y encías: 

  • Evite comer o beber demasiados alimentos o bebidas azucarados o ácidos. 
  • Evite fumar o masticar tabaco. 
  • Cepíllese los dientes y use hilo dental por lo menos dos veces al día. Use un cepillo con cerdas de textura media y pasta de dientes con fluoruro. También puede hacer buches con enjuagues con fluoruro o aplicarse gel de fluoruro de manera diaria o semanal. 
  • Visite al dentista periódicamente y elija un dentista que entienda su trastorno hemorrágico. Debería trabajar en colaboración con usted, con su centro de tratamiento de hemofilia (HTC por su sigla en inglés) o con su hematólogo a fin de garantizar una atención segura y adecuada. 
  • Si usara dentaduras, asegúrese de que su ajuste sea adecuado y de que no irriten su boca o sus encías. Las dentaduras mal ajustadas pueden provocar sangrado de las encías  

Si desea obtener más información sobre este tema consulte Salud dental.  

Osteoporosis

La osteoporosis es un trastorno en el que los huesos se tornan débiles, porosos y frágiles. Los huesos se vuelven débiles cuando el cuerpo descompone el tejido óseo más rápido de lo que lo produce. La osteoporosis es más común en adultos mayores, particularmente mujeres. Las personas con un trastorno hemorrágico tienen menor densidad mineral ósea.20 Esto probablemente se deba a una menor actividad. La menor densidad mineral ósea representa un riesgo de osteoporosis aún mayor para personas con trastornos hemorrágicos. 

¿Cuáles son los síntomas de la osteoporosis? 

La osteoporosis no tiene síntomas obvios, pero incrementa el riesgo de fracturas óseas. Muchas personas no se dan cuenta de que tienen osteoporosis hasta que se rompen un hueso.  

¿Cuál es el tratamiento para la osteoporosis?  

La osteoporosis se diagnostica mediante una prueba de densidad ósea, que constituye un procedimiento indoloro y seguro para medir la fortaleza de los huesos. Si usted tuviera osteoporosis, su proveedor de atención médica puede recetarle medicamentos para fortalecer sus huesos. También revisarán todos los medicamentos que tome a fin de asegurarse que no estén debilitando sus huesos.5 

Existen algunas medidas que usted puede tomar para fortalecer sus huesos, y no necesita esperar hasta tener osteoporosis.5 

  • Consuma una dieta sana y rica en calcio y vitamina D. 
  • Realice ejercicios de carga de peso. 
  • No fume. 
  • Limite su consumo del alcohol. 

Hable con su proveedor de atención médica sobre la cantidad y tipo de vitaminas, minerales y suplementos que debería tomar. Cada persona es diferente, pero juntos pueden preparar un plan que funcione para usted.  

Accidentes cerebrovasculares

Su cerebro necesita oxígeno para funcionar adecuadamente. Un accidente cerebrovascular (abreviado ACV o también conocido como derrame o embolia cerebrales) se presenta cuando las arterias ya no pueden suministrarle sangre oxigenada al cerebro. Hay dos tipos de ACV: 

  • ACV isquémico, o embolia, que ocurre cuando se bloquea el flujo de sangre al cerebro. 

  • ACV hemorrágico, o derrame, resultante de una hemorragia en el cerebro o en los espacios circundantes. 

Ambos tipos de ACV pueden generar una falta de oxígeno perjudicial para el cerebro, lo cual provocará daños a algunas partes del mismo. Los ACV pueden causar discapacidad a largo plazo e incluso la muerte. Las personas con trastornos hemorrágicos enfrentan un mayor riesgo de ACV a lo largo de su vida. El riesgo de cualquier tipo de ACV se incrementa con la edad.15 

Los siguientes son algunos factores de riesgo para los ACV: 

  • Presión sanguínea alta (llamada hipertensión) 
  • Fumar 
  • Enfermedad cardiaca 
  • Diabetes 
  • Altos niveles de colesterol  
  • Ateroesclerosis, o acumulación de placa en las paredes de las arterias. 
  • Inactividad física 
  • Obesidad 
¡Conozca las señales y los síntomas de un ACV! Reconocerlos rápidamente y obtener tratamiento inmediato puede salvar vidas.

¿Cuáles son los síntomas de un accidente cerebrovascular? 

Las siguientes son algunas señales y síntomas que podrían indicar un accidente cerebrovascular: 

  • Problemas para caminar. 
  • Problemas para hablar y entender. 
  • Parálisis o adormecimiento en la cara, el brazo o la pierna. 
  • Problemas de visión en uno o ambos ojos. 
  • Dolor de cabeza fuerte y repentino. 

Las iniciales FAST, en inglés, pueden ayudarle a recordar las señales de advertencia de un ACV y las medidas que puede tomar si llegara a observarlos. 

  • Face (cara): Verifique si un lado de la cara apareciera caído al sonreír. 
  • Arms (brazos): Al levantar ambos brazos, verifique si uno tendiera a caerse. 
  • Speech (habla): Verifique si el habla se arrastra o es extraña. 
  • Time (tiempo): Llame al 9-1-1 inmediatamente si observara cualquiera de estos síntomas. 

¿Cuál es el tratamiento para un ACV? 

El impacto de un ACV depende de la parte del cerebro afectada y de la cantidad de tiempo que tarde en restaurarse el flujo de sangre. Sus proveedores de atención médica podrían usar medicamentos, cirugías u otros procedimientos para eliminar el coágulo o detener la hemorragia. 

Las discapacidades temporales o permanentes provocadas por un ACV abarcan parálisis, dificultad para hablar, deterioro de la capacidad mental, dificultades emocionales, dolor físico y cambios en la conducta. El tratamiento posterior a un ACV requiere de un equipo de proveedores de atención médica, entre ellos terapeutas físicos, ocupacionales y del habla. 

Uso de sustancias

El trastorno por uso de sustancias (TUS) se caracteriza por un patrón repetido y dañino de uso de una o más sustancias que generan síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos. Muchas sustancias, como el alcohol o las drogas ilícitas, pueden resultar perjudiciales para su cuerpo y afectar de manera negativa su trastorno hemorrágico. Podrían afectar su capacidad para responder adecuadamente a una lesión que pudiera presentarse e interferir con la coagulación de la sangre. El TUS podría también afectar su capacidad para trabajar y su vida en el hogar.  

¿Cómo se adquiere el TUS? 

Incluso con las nuevas opciones de tratamiento, vivir con un trastorno hemorrágico puede resultar problemático. Algunas personas podrían usar alcohol, medicamentos recetados o drogas ilícitas para enfrentar el dolor y lidiar con un trastorno de salud crónico.  

¿Cuál es el tratamiento para el TUS? 

Sobreponerse a un TUS es posible, pero requerirá atención coordinada. Existen muchos enfoques de tratamiento, y dependerá de usted y de su equipo de atención médica encontrar el mejor plan de cuidados para usted. Los tratamientos podrían abarcar medicamentos, particularmente en el caso de uso de opiáceos, asesoría como paciente ambulatorio, atención de la salud conductual, y rehabilitación como paciente interno. 

Con base en la experiencia, muchas personas con trastornos hemorrágicos no han podido ser admitidas como pacientes internos a programas para el tratamiento del trastorno de uso de sustancias. El motivo más común del rechazo es la necesidad de autotratamiento, como el reemplazo de factor. La NHF ha establecido una alianza con la Asociación de Hemofilia de Nueva Inglaterra (NEHA por su sigla en inglés), con la Federación de Hemofilia de América (HFA por su sigla en inglés), con centros de tratamiento de hemofilia (HTC por su sigla en inglés) proveedores, y con miembros de la comunidad a fin de abogar por que las personas con trastornos hemorrágicos tengan acceso a instalaciones de atención de uso de sustancias y de salud mental para pacientes internos.  

Si tuviera problemas con el uso de sustancias comuníquese con su proveedor de atención médica primaria (PCP por su sigla en inglés) o con su centro de tratamiento de hemofilia (HTC por su sigla en inglés). También puede solicitar ayuda a familiares, amigos y a su comunidad de apoyo. Usted no está solo(a). 

Cambios en la visión

Conforme las personas envejecen, las lentes de sus ojos se tornan menos flexibles. Estos cambios podrían generar cambios en la visión a largo plazo. Muchos adultos empiezan a presentar problemas para enfocar a distancias cortas (lo que se conoce como presbiopía) a principios o mediados de los 40 años de edad. Este trastorno generalmente empeora antes de estabilizarse alrededor de los 60 años. Anteojos correctivos, lentes de contacto o cirugía láser pueden ayudar a controlar la visión. Problemas de visión más graves también se tornan más frecuentes a medida que las personas envejecen, entre ellos desprendimiento de retina, glaucoma, cataratas y degeneración macular relacionada con la edad (DMRE), las cuales podrían generar ceguera.3, 24 

 

¿Cuáles son los síntomas de cambios en la visión?3, 24 

Las personas con frecuencia presentan varias señales y síntomas a medida que su visión cambia con la edad; entre ellos los siguientes: 

  • Necesitar más luz para ver bien. 
  • Mayor deslumbramiento; incomodidad con luz brillante. 
  • Cambios en la manera que se perciben los colores. 
  • Resequedad ocular debido a una menor producción de lágrimas. 

Además, usted podría presentar señales y síntomas de problemas oculares más serios; entre ellos los siguientes: 

  • Cambios frecuentes en la claridad de su visión 
  • Manchas, partículas y destellos en su visión 
  • Pérdida de la visión periférica (lateral) 
  • Visión distorsionada 

¿Cuál es el tratamiento para los cambios en la visión? 
Es importante identificar cualquier cambio en la visión o problemas oculares más graves tan pronto como sea posible. Independientemente de cualquier síntoma, usted debería someterse a exámenes oculares periódicos con su profesional de la visión, quien puede examinar sus ojos y determinar si fuera necesario algún apoyo. 

La mayoría de los cambios en la visión se corrigen con anteojos, lentes de contacto o cirugía láser. Los trastornos oculares más graves podrían requerir medicamentos o intervenciones quirúrgicas. 

Aunque el envejecimiento es inevitable, las siguientes son algunas cosas que usted puede hacer para mantener la salud de sus ojos en la medida de lo posible: 

  • Minimizar la exposición a la luz ultravioleta. 
  • Evitar cualquier traumatismo a los ojos usando equipo protector. 
  • Consumir una dieta sana, rica en antioxidantes. 
  • Mantener niveles normales de glucosa y colesterol en la sangre. 
  • Mantener un peso corporal saludable. 
  • Hacer ejercicio regularmente. 
  • No fumar. 
Referencias
  1. Arzumanyan, Reis, H. M. G. P. V. & Feitelson, M. A. (2013). Pathogenic mechanisms in HBV- and HCV-associated hepatocellular carcinoma. Nature Reviews. Cancer, 13(2), 123–135. https://doi.org/10.1038/nrc3449 

  2. Auerbach, & Ballard, H. (2010). Clinical use of intravenous iron: administration, efficacy, and safety. Hematology, 2010(1), 338–347. https://doi.org/10.1182/asheducation-2010.1.338 

  3. Bailey, Indian, R. W., Zhang, X., Geiss, L. S., Duenas, M. R., & Saaddine, J. B. (2006). Visual Impairment and Eye Care Among Older Adults — Five States, 2005. MMWR. Morbidity and Mortality Weekly Report, 55(49), 1321–1325. 

  4. CDC. (2019). HIV/AIDS. Centers for Disease Control and Prevention. https://www.cdc.gov/hiv/default.html 

  5. Cosman, de Beur, S. J., LeBoff, M. S., Lewiecki, E. M., Tanner, B., Randall, S., & Lindsay, R. (2014). Clinician’s Guide to Prevention and Treatment of Osteoporosis. Osteoporosis International, 25(10), 2359–2381. https://doi.org/10.1007/s00198-014-2794-2 

  6. Dienstag, JL (2015). "Chapter 360: Acute Viral Hepatitis". In Kasper, D; Fauci, A; Hauser, S; Longo, D; Jameson, J; Loscalzo, J (eds.). Harrison's Principles of Internal Medicine, 19e. New York, NY: McGraw-Hill. 

  7. Dye, Thornton-Evans, G., Li, X., & Iafolla, T. (2015). Dental caries and tooth loss in adults in the United States, 2011-2012. NCHS Data Brief, 197, 197–197. 

  8. Friedman, Lawrence S. (2015). "Chapter 16: Liver, Biliary Tract, & Pancreas Disorders". In Papadakis, M; McPhee, SJ; Rabow, MW (eds.). Current Medical Diagnosis & Treatment 2016 55e. McGraw Hill. 

  9. GRIFFIN, JONES, J. A., BRUNSON, D., GRIFFIN, P. M., & BAILEY, W. D. (2012). Burden of Oral Disease Among Older Adults and Implications for Public Health Priorities. American Journal of Public Health (1971), 102(3), 411–418. https://doi.org/10.2105/AJPH.2011.300362 

  10. Guidelines for the Use of Antiretroviral Agents in Adults and Adolescents with HIV Developed by the DHHS Panel on Antiretroviral Guidelines for Adults and Adolescents -A Working Group of the Office of AIDS Research Advisory Council (OARAC) How to Cite the Adult and Adolescent Guidelines: Panel on Antiretroviral Guidelines for Adults and Adolescents. Guidelines for the Use of Antiretroviral Agents in Adults and Adolescents. (n.d.). https://clinicalinfo.hiv.gov/sites/default/files/guidelines/documents/adult-adolescent-arv/guidelines-adult-adolescent-arv.pdf 

  11. Grulich, van Leeuwen, M. T., Falster, M. O., & Vajdic, C. M. (2007). Incidence of cancers in people with HIV/AIDS compared with immunosuppressed transplant recipients: a meta-analysis. The Lancet (British Edition), 370(9581), 59–67. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(07)61050-2 

  12. Hernández-Ramírez, Shiels, M. S., Dubrow, R., & Engels, E. A. (2017). Cancer risk in HIV-infected people in the USA from 1996 to 2012: a population-based, registry-linkage study. The Lancet HIV, 4(11), e495–e504. https://doi.org/10.1016/S2352-3018(17)30125-X 

  13. Hepatitis. (2019, September 1). Www.who.int. https://www.who.int/news-room/questions-and-answers/item/hepatitis 

  14. Kidney Disease: Improving Global Outcomes (KDIGO) CKD-MBD Work Group. (2009). KDIGO clinical practice guideline for the diagnosis, evaluation, prevention, and treatment of Chronic Kidney Disease-Mineral and Bone Disorder (CKD-MBD). 

  15. Lambert. (2011). AHA/ASA Guidelines on Prevention of Recurrent Stroke. American Family Physician, 83(8), 993–1001. 

  16. Low, Speedy, J., Styles, C. E., De‐Regil, L. M., Pasricha, S., & Pasricha, S. (2016). Daily iron supplementation for improving anaemia, iron status and health in menstruating women. Cochrane Database of Systematic Reviews, 2016(4), CD009747–CD009747. https://doi.org/10.1002/14651858.CD009747.pub2 

  17. Mozaffarian, Benjamin, E. J., Go, A. S., Arnett, D. K., Blaha, M. J., Cushman, M., de Ferranti, S., Després, J.-P., Fullerton, H. J., Howard, V. J., Huffman, M. D., Judd, S. E., Kissela, B. M., Lackland, D. T., Lichtman, J. H., Lisabeth, L. D., Liu, S., Mackey, R. H., Matchar, D. B., … Turner, M. B. (2015). Heart Disease and Stroke Statistics—2015 Update: A Report from the American Heart Association. Circulation (New York, N.Y.), 131(4), e29–e322. https://doi.org/10.1161/CIR.0000000000000152 

  18. National Heart, Lung, and Blood Institute. (24 de marzo de 2022). Anemia - What Is Anemia? | NHLBI, NIH. www.nhlbi.nih.gov.https://www.nhlbi.nih.gov/health/anemia 

  19. Peyrin-Biroulet, Williet, N., & Cacoub, P. (2015). Guidelines on the diagnosis and treatment of iron deficiency across indications: a systematic review. The American Journal of Clinical Nutrition, 102(6), 1585–1594. https://doi.org/10.3945/ajcn.114.103366 

  20. Rodriguez-Merchan, & Valentino, L. A. (2019). Increased bone resorption in hemophilia. Blood Reviews, 33, 6–10. https://doi.org/10.1016/j.blre.2018.05.002 

  21. Rosen. (2011). Clinical practice. Chronic hepatitis C infection. The New England Journal of Medicine, 364(25), 2429–2438. https://doi.org/10.1056/NEJMcp1006613 

  22. Schillie, S., Wester, C., Osborne, M., Wesolowski, L., & Ryerson, A. B. (2020). CDC Recommendations for Hepatitis C Screening Among Adults — United States, 2020. MMWR. Recommendations and Reports, 69(2), 1–17. https://doi.org/10.15585/mmwr.rr6902a1 

  23. Silverberg, Lau, B., Achenbach, C. J., Jing, Y., Althoff, K. N., D’Souza, G., Engels, E. A., Hessol, N. A., Brooks, J. T., Burchell, A. N., Gill, M. J., Goedert, J. J., Hogg, R., Horberg, M. A., Kirk, G. D., Kitahata, M. M., Korthuis, P. T., Mathews, W. C., Mayor, A., … Dubrow, R. (2015). Cumulative Incidence of Cancer Among Persons with HIV in North America: A Cohort Study. Annals of Internal Medicine, 163(7), 507–518. https://doi.org/10.7326/M14-2768 

  24. Stuen, & Faye, E. (2003). Vision Loss: Normal and Not Normal Changes among Older Adults. Generations (San Francisco, Calif.), 27(1), 8–14. 

  25. Tsao, Aday, A. W., Almarzooq, Z. I., Alonso, A., Beaton, A. Z., Bittencourt, M. S., Boehme, A. K., Buxton, A. E., Carson, A. P., Commodore-Mensah, Y., Elkind, M. S. V., Evenson, K. R., Eze-Nliam, C., Ferguson, J. F., Generoso, G., Ho, J. E., Kalani, R., Khan, S. S., Kissela, B. M., … Martin, S. S. (2022). Heart Disease and Stroke Statistics-2022 Update: A Report from the American Heart Association. Circulation (New York, N.Y.), 145(8), e153–e639. https://doi.org/10.1161/CIR.0000000000001052