Desde 1990, la Ley de Educación para Personas con Discapacidades (IDEA) responsabiliza a las escuelas de identificar a los estudiantes que necesitan adaptaciones educativas especiales. Si estás terminando el bachillerato y tienes un Plan Educativo Individualizado (IEP), se te incluirá en todas las reuniones y la planificación en torno a tus necesidades educativas. Para más información sobre los IEP, visita la sección Derechos Educativos de Próximo Paso.

Sin embargo, IDEA no se aplica a la educación después de la escuela secundaria.

Si continúas tu educación después de la secundaria, tienes derecho a servicios y adaptaciones a través de la Sección 504 de la Ley de Rehabilitación de 1973 y la Ley de Estadounidenses con Discapacidades de 1990. Sin embargo, es probable que el proceso sea diferente al de la escuela secundaria y puede variar de una escuela a otra. Estas leyes impiden que los colegios y universidades busquen información sobre el estado de discapacidad de un estudiante. Como estudiante, puedes decidir revelar o no revelar tu trastorno hemorrágico. También puedes decidir solicitar los servicios especiales que necesites. Las leyes garantizan que los centros escolares no pueden discriminarte ni tratarte de forma diferente debido a tu discapacidad.

Si quieres más información sobre derechos y servicios, consulta la Sección 504 de la Ley de Rehabilitación de 1973 y la Ley Estadounidense de Discapacidades de 1990.(Sólo en inglés)

Recuerda que es tu responsabilidad conocer tus derechos en lo que se refiere a tu educación superior. Entre ellos están:

  • Admisiones
  • Becas
  • Empleo
  • Ayudas económicas
  • Estudio y trabajo
  • Compañeros de piso
  • Curso de estudios
  • Deportes

Si investigas un poco y te informas sobre la política del centro, podrás conseguir lo que necesitas y mereces. Asegúrate de obtener las adaptaciones por escrito y lleva un buen registro de todas las comunicaciones que tengas con la escuela al respecto.

Puede que quieras o no revelar tu trastorno durante el proceso de admisión. Recuerda que ninguna escuela puede preguntarte si tienes una discapacidad o una afección médica. Sin embargo, hablar de tu trastorno hemorrágico y de cómo has superado los retos puede ser un tema interesante para un ensayo de admisión.

Aunque compartir información sobre tu trastorno hemorrágico con personas que no conoces muy bien puede ser difícil, es posible que quieras contárselo a unas pocas personas seleccionadas. Estas personas podrían ser tu asistente residente (AR), compañeros de habitación, amigos, y tal vez tu asesor y profesores. Para más información, visita Vida en el campus.

Para más información sobre los servicios universitarios para discapacitados, visita: